Llegamos desde Madrid,
Collado Mediano, Villalba, San Rafael, El Espinar y puede que desde algún punto
más. Alfonsoyamigos extiende sus
brazos.
Los coches abandonan la
carretera de Guadarrama a El Escorial y se detienen en pinar, frente a coqueto
restaurante con terraza y al principio de pista forestal que es el comienzo de
nuestra ruta de hoy.
Quedan unos minutos para la
hora de salida y el flujo de compañeros es continuo. Habituales y menos asiduos
vamos cruzando saludos mientras realizamos los últimos preparativos.
La temperatura es fresca
pero agradable. El sol hace acto de presencia.
Algunos cruzamos mensajes la
noche anterior para coordinar como compartir coche y el resto de amigos
simplemente acuden al punto de encuentro. Cada semana podemos acabar
sorprendidos. Hoy habrá más sorpresas que
de costumbre... pero no nos adelantemos.
Aquí está la nómina de los
que han participado: Andrés, Ángel, Chicho, Daniel, Enrique, Ferluy, Fernando,
Galo, Jorge, Juan, Juan Carlos, Lourdes, Luis Ángel, Paco, Patrick, Samuel,
Toño y Alfonso.
Para que no tengáis que
contar os diré que éramos 18.
Nos alejamos de la zona de
aparcamiento dando pedales y afrontando los primeros desniveles sin anestesia.
Los primeros que han arrancado
se alejan y entre ellos se encuentra Ferluy, a pesar de que no le gustan mucho
las pistas, eso dice.
Todos somos amigos, es algo
reconocido, pero ahora no es cuestión de amistad, sino de unirte a aquel que no
te retenga ni te saque de punto. Cuestión de equilibrio ¿sabes?
El ascenso es largo y las
famosas zetas se suceden una tras otra. Lo peor de esta ruta es que no te da
tiempo a precalentar. Tus pulsaciones se aceleran tras tres o cuatro curvas y
en la quinta tu cuerpo ya ha tomado temperatura suficiente como para recomendar parar y quitarte
el exceso de ropa.
Juan Carlos “Platón” se
detiene y yo hago lo mismo junto a alguno más. Fuera la braga del cuello, algún
cortaviento, la chaqueta más gruesa. Y nuevamente cuesta arriba.
Hay quien prefiere no
quitarse ropa por no detener la marcha e incluso algún friolero se mantendrá
con la misma equipación de principio a fin de la ruta. ¿Verdad Daniel?
Tenemos un respiro cuando
alcanzamos la primera zona de pinos y mientras reagrupamos tenemos que soportar
un viento bastante fresco que te hace dudar si volver a sacar ropa de la mochila.
Seguimos adelante por la
pista forestal, ya hemos superado el primero de los tramos duros de hoy.
A nuestra izquierda tenemos unas
vistas espléndidas del Monasterio de El Escorial, que nos acompañarán durante
un buen tramo.
Rodamos con soltura a pesar
de que encontramos toboganes que te castigan las piernas.
Llegamos a curva cerrada,
detenemos la marcha, agrupamos y recomiendo tomar algún alimento antes de
emprender el segundo ascenso duro del día, el que nos llevará hasta el Puerto de Malagón y para no quedarnos fríos emprendemos la
marcha a los pocos minutos.
Estos kilómetros son
bastante más duros que los recorridos hasta ahora y habrá quien los compare en
algún tramo con el ascenso al Alto de Guarramillas “Bola del Mundo”.
Se han formado varios grupos
que pedalean y pedalean, metro a metro, ganando altura con esfuerzo.
Los que ya hemos llegado al
collado damos ánimos a los que asoman la cabeza por la pista, cansados pero
satisfechos. Estoy convencido de que hemos subido a bastante mejor ritmo que en
anteriores ocasiones.
Al fondo el Embalse del
Romeral y a nuestra derecha los restos de famoso “Pozo de Nieve”, que nos recuerdan el estupendo reportaje de Patrick
sobre estas construcciones.
Y el esfuerzo NO se va a
acabar. Más ascenso para coger pista que surge por nuestra derecha, vamos en
busca del tercer repecho duro, el que nos pondrá por encima de la Fuente del
Ceburnal, en la que hoy no nos detendremos y al encuentro de caseta forestal y del telégrafo desde la que se tienen
impresionantes vistas.
No perderemos la ocasión de
hacernos unas cuantas fotos a pesar de que el aire es fresco e incluso
desagradable. Menos mal que el sol sigue en lo alto.
Tenemos que regresar por el
mismo camino, pero solamente hasta alcanzar desvío que hemos dejado para más
tarde, la guinda de la ruta de hoy, el Alto de Abantos. Se diría que la sola
visión de la senda pedregosa que tenemos delante nos quitaría las ganas, pero
nada más lejos de la realidad.
Iniciamos varios la marcha y
los demás compañeros nos siguen, luchando contra el desnivel, contra las
piedras sueltas que siembran el suelo, esquivando a los andarines que persiguen
nuestro mismo destino. Y avanzamos, no sin esfuerzo, pero con el ánimo que te
da comprobar que lo vas logrando.
Hemos alcanzado el alto y la
cruz característica de este punto. Y cada logro produce una enorme satisfacción
que disfrutamos más al compartirla y celebrarla juntos.
Ahora si se han acabado los
ascensos, los repechos, pero no dudo de que más se hubieran afrontado si
hubiera sido necesario, la moral está alta.
A primera hora de la mañana
superamos las primeras zetas en duro ascenso y ahora buscamos unas nuevas
zetas, pero para realizarlas en divertido descenso.
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Alto de Abantos |
Galo y Samuel son los
primeros en lanzarse volando sobre las curvas, se diría que les hemos tenido
atados. Otros, bajaremos también disfrutando, pero siendo “más prudentes”
satisfechos por cada curva superada sin incidentes. Las raíces de siempre no
han desaparecido, pero el singular sendero está en perfectas condiciones.
Ya solo nos queda regresar
hasta los coches y lo haremos atajando por nueva variante que nos ha costado
localizar y que obligará a superar duro desnivel que nadie se esperaba.
Después, descenso muy rápido por pista forestal sin extravío.
Cruce de felicitaciones en
el final de ruta, pero no serán las últimas.
Vemos a Luis Ángel maniobrar
con su coche y situarlo en el centro del aparcamiento, apearse, sacar mantel que extiende sobre el capó y continuar sacando vasos, pan, un par de grandes tortillas de patatas, bebidas, dulces... Un auténtico banquete para estos ciclistas que llegan con los estómagos vacíos.

Este gran amigo, Luis Ángel,
que no ha pasado inadvertido para ninguno desde el primer día que se incorporó
al Grupo, que siempre ha aportado alegría, entusiasmo, detallista como él solo,
ha querido celebrar con nosotros su cumpleaños del día 13 de Enero. Y nosotros
encantados.
Contento Luis Ángel,
contentos los demás, riendo y celebrando su cumpleaños. Recordando los buenos momentos
pasados juntos, con el deseo de que lleguen muchos más. Un recuerdo para Luis Ángel
JR que no ha podido venir.
Y en medio de la celebración
una más, queriendo entre todos homenajear a quien de manera desinteresada nos
da seguridad al resto en cada salida, a quien siempre está dispuesto a quedarse
con el más rezagado aún a costa de su propio disfrute, a ser el primero en
prestar ayuda a quien sufre una avería o percance.
Sin él una ruta no sería lo
mismo. Por supuesto, se trata de Juan Carlos “Platón”, con el que hemos tenido
un pequeño detalle para que sepa y recuerde que todos apreciamos su esfuerzo y
su amistad.
Compañeros como Luis Ángel o
Juan Carlos, son los que con su personalidad y amistad aportan un valor
añadido y hacen grande a Alfonsoyamigos.
Otra mañana para recordar, compartida con amigos, en la que regresas a casa con "sonrisa tonta".
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