Ya está aquí el modelo del 2016
Test de un usuario medio
Me acerco con mi Scott Genius 720
a ver a los amigos de OZONE Cycling Pro Schop en Las Rozas, para que den un repaso a la
bicicleta que ahora cumple un año.
Estoy temiendo encontrarme sin
una bicicleta que llevarme a las piernas este fin de semana, pero no hay
problema, salgo de la tienda con bicicleta nueva que ponen a mi disposición
para que la pruebe.
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Monumento a Rafael Alberti - San Rafael (Segovia) |
Una flamante
Giant Trance 27.5 1, que ha incorporado las ruedas de 27.5” en el 2014
a sus modelos clásicos.
Preciosa máquina azul y plata (silver).
No sé si para el fin de semana
tendré ya disponible mi querida Scott pero, de momento, no es cuestión de
desperdiciar la oportunidad de probar la que tengo ahora disponible.
Dicho y hecho, me cambio de ropa y me
lanzo con la Giant a una zona donde sé que tengo variedad de terrenos.
Nada más montarme, compruebo que
el sillín me queda muy bajo, normal, tengo las piernas muy largas.
No es la primera bicicleta que monto
y las comparaciones con la actual son inevitables.
Cuando intento ajustar la altura
de la tija, echo en falta el cierre rápido y me veo obligado a tirar de llave
allen en 2 y hasta 3 ocasiones, hasta que doy con el punto en el que me
encuentro cómodo. Tal vez no sea el ajuste más fiable, ni siquiera el más
recomendable, pero me gusta que el sillín me alcance a tocar el hueso de la cadera
(con las zapatillas puestas).
Unos minutos empleados en esta
tarea, pero lo cierto es que ya no debería ser necesario volver a tocar la
abrazadera.
Ahora recuerdo que en la
Scott ya empieza a estar desgastado el
cierre y de vez en cuando hay que ajustar la altura de la tija.
Pequeños detalles que serían
fácilmente subsanables, pues ahora echo
de menos los acoples ergonómicos que llevo en mi bici y que me permiten cambiar
la posición de las manos con frecuencia. Pero son accesorios adaptables a
cualquier máquina y fácilmente instalables.
Me encanta comprobar que la mayoría de
los cables van embutidos en los tubos. Que no hay peligro de rozarlos con
piedras y ramas o de acumular suciedad, lo que es de agradecer.
Ya estoy rodando y la nueva
máquina se desenvuelve bien. Reacciona rápido a cada pedalada y tiene buen repríse
cuando le meto un acelerón. No se desperdicia energía o si acaso la mínima y se deja manejar con soltura.
La bicicleta es ligera, poco más
de 13 kilos con cuadro de aluminio. Hoy no cargo ni con botija de agua ni con mochila.
Semi llaneo por pista forestal y
la amortiguación reacciona bien a las irregularidades que se encuentra, me
gusta la sensación. No he fijado la amortiguación, pero tampoco parece
necesitarlo. El sistema maestro funciona adaptándose al terreno. Sin embargo, tengo la sensación de que las ruedas me retienen demasiado.
Dependiendo del terreno por el
que te muevas habitualmente, tal vez deberías replantearte si continuar con estas cubiertas de 2.25
El sistema de cambio de platos y
piñones funciona al revés que en la
Scott y tengo algunos problemillas por la
costumbre adquirida, pero pronto se supera.
Echo también de menos poder ver un indicador que te marque qué
plato o piñón estás usando.
Tienes que funcionar a ojo y por sensaciones.
Nada he dicho, pero me han
quitado un plato... y mira que estuve atento para que no me desapareciera nada.
Marcho con el plato grande ¿o es
el mediano? No está claro.
Acabo jugando con los piñones
cuando quiero cambiar el ritmo y reacciona bien. Tomo buena velocidad e inercia, las
ruedas de 27,5” ayudan, pero esto ya lo conocía.
Sin embargo, bajando por pista
con todo el desarrollo, a alta velocidad y con fuerza en las piernas, me
hubiera venido de perlas un par de dientes más.
Seguro que hubiera podido con ellos.
Toca el turno de los senderos
habilidosos con cambios de ritmo constantes y la respuesta es genial.
La Trance supera obstáculos con
fluidez, los amortiguadores hacen su trabajo y sales con fuerza de las zonas
conflictivas. La dirección responde bien al ratoneo. Algún día me atreveré a
probar una de 29”, pero creo que la de 27,5” es la definitiva.
Por delante me encuentro una
serie de repechos duros que habitualmente no ataco, es un subir “pa na”, pero hoy estamos de pruebas.
Ahora si que no queda más remedio
que meter el plato pequeño ¿o era el mediano?
Quiero además ver cómo se
comporta con grandes desniveles y saber si es necesario ajustar la horquilla
para reducir su recorrido y evitar que la máquina se encabrite.
Tengo espectadores que observan curiosos si seré capaz de subir.
No sé si dudan en términos generales, o solamente de que alguien con el bigote
tan blanco sea capaz de conseguirlo.
Y se sorprenden los que miran desde
la cima y me sorprendo yo, pues acabo utilizando menos fuerza de la que
esperaba para salvar la prueba. Ahora se agradecen las ruedas de 2.25 y los tacos a estrenar.
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Al fondo Cabeza Reina - San Rafael (Segovia) |
Me ha gustado la sensación.
Cuando he llegado arriba he saludado a los que allí estaban, como si fuera lo
más natural del mundo trepar por paredes.
Y sin apenas descanso emprendo el descenso, poniendo
a prueba los frenos que se desenvuelven sin problemas para retener mi peso de
casi 90 kilos, que se empeñan en bajar más rápidos que la bicicleta. Dicen que
es la gravedad.
¡Eh! que no se olvide, que llevo
tija automática con pulsador junto a mi mano izquierda. Un suave toque y
desciende el centro de gravedad (iba a decir el culo).
Las ruedas de 27,5” y los
centímetros que rebajas la tija en décimas de segundo te dan una seguridad añadida
en el descenso. Aprovecho para liberar la amortiguación.
He reducido la tija sin soltarme
de manos y sin embargo, tengo que soltar una de ellas y agacharme para alcanzar
a liberar el amortiguador.
Y decido hacer un segundo intento con
otro fuerte repecho que, además del desnivel, presenta zona de piedras y
obstáculos añadidos.
No puedo poner un pero. He
vuelto a subir y nuevamente con menos esfuerzo del que hubiera imaginado.
El descenso es ahora más
prolongado, con numerosas curvas que conozco bien y decido liberar nuevamente el
amortiguador para disfrutar a tope. Lástima que tenga que estirar el brazo para
alcanzar el mecanismo de liberación. Mejor hacerlo casi parado.
Reacciona genial en las entradas
a las curvas y sale con buena aceleración. Disfruto.
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Hugo, las nuevas generaciones |
La adrenalina fluye en un
descenso en el que vuelves a sentirte seguro y donde las cubiertas demuestran
para lo que están pensadas. La seguridad que se siente te hace tal vez
arriesgar más de lo habitual, pero hoy estamos de pruebas.
Recorrido variado el que he
realizado, que me ha permitido disfrutar de la bicicleta Giant Trance que he probado.
Marca y modelo que se convierte, desde ya, en una clara opción a la marca a la que soy fiel en los últimos años.
Gracias a los amigos por
permitirme realizar la prueba.
Y si quieres características y especificaciones,
PINCHA AQUÍ.
© 2014 Alfonsoyamigos
Ya podemos ver el modelo del 2016
Ver especificaciones
NOTA: Como muchos sabréis, Ozone cerró su establecimiento en 2016.