Los siete hemos llegado a El
Espinar sedientos. No ha hecho calor, no, solamente hemos sufrido un auténtico
calvario de temperatura bochornosa, que nos ha provocado sudar más de lo
habitual (a mi sobretodo que aguanto mal
el calor).
Finalizada con éxito la ruta
prevista, Javier nos dirige hacia “La Típica” donde siempre nos tratan de
maravilla y se alegran de nuestra visita. Mari, la dueña del local, y su hija
Mayte, tan amables como siempre, nos agasajan con unas espléndidas croquetas
caseras y con unos pinchos de tortilla de patatas y queso, geniales complementos
de las cervecitas que nos tomamos tranquilamente en la terraza. Lugar ideal para charlar con los compañeros sin prisa. No hace muchas
fechas, con temperaturas aún muy bajas,
agradecíamos que nos pusieran unos estupendos calditos para entonar nuestros
cuerpos.
Pero para llegar a este punto,
habíamos quedado en San Rafael y el equipo ya estaba completo antes de la hora
prevista.
El calor ya agobia a primera hora
y nos dirigimos hacia los pinares para coger un sendero que, en broma, hemos
dado en llamar del “aparejador” o del “ingeniero técnico” (precisaba Daniel), que nos llevará sin ningún esfuerzo hasta las
cercanías del Arroyo Gargantilla, al cruce con la “pista forestal”.
Desde aquí y en ascenso por la
derecha alcanzaremos, ahora sí, el Camino del Ingeniero, que ya no abandonaremos hasta llegar junto a
los márgenes del Arroyo del Boquerón.
Fernando ha estrenado su nueva
Giant y se le nota que disfruta desde el primer momento, atreviéndose a
afrontar repechos no antes superados, aunque “algún malintencionado” le ha
sacado empujando en uno de los repechos más duros. Pedalea con ganas sin
reservarse para la salida de mañana.
Cuando la mayoría lo pasamos mal
por el calor, Miguel se ha atrevido a presentarse ataviado con la equipación de
invierno y parece soportarlo bien. A su costa caerán unas risas sin que él
alcance a entender bien por donde llegan las bromas, pero lo encaja bien.
Hablando de caer, Javier “Galo”
sufrirá un caballito incontrolado al afrontar repecho corto y se irá al suelo,
pero sin consecuencias. Más adelante, junto a Peña La Casa, se atreverá y
conseguirá ascender, sin poner pié en tierra, por el peor de los desniveles que
los demás afrontamos descabalgando.
El descenso hacia El Espinar es
rápido y Galo nos llevará por variante, seguramente con toda intención, que nos
hará atravesar el Arroyo Boquerón por donde más cubre y mojarnos los pies. Hoy
no importa mucho mojarse.
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El buen humor nos ha acompañado durante toda la ruta.
Al entrar en El Espinar, Javier nos dirige hacia “La Típica”... pero esto ya lo hemos contado.
Última Hora: Nominación especial para el que descubra la foto con gazapo.
Al entrar en El Espinar, Javier nos dirige hacia “La Típica”... pero esto ya lo hemos contado.
Última Hora: Nominación especial para el que descubra la foto con gazapo.
