Mírales, ni esperan |
El principal problema era el viento y las ráfagas fuertes previstas, lo que hubiera dificultado el ascenso por El Guijo. La lluvia, sin embargo, ha sido protagonista pero por su ausencia y la temperatura baja se supera con la ropa adecuada.
Bonito mandil, Samuel |
He formado equipo con Fernando (muy abrigado), Ferluy (con ganas de ponerse a prueba), Juan (con su inseparable plato grande) y Samuel (cada vez más en forma para el Camino de Santiago).
Ferluy ya se ha podido incorporar y, a pesar de que lleva casi un mes sin montar, yo le veo con una forma envidiable.
Hemos estado resguardados del fuerte viento entre los árboles de la Garganta, pero no apetecía mucho detenerse.
Subiendo por La Solana y hacia la mitad del recorrido, ya hemos empezado a ver la primera nieve, que pensábamos se trataba de escarcha, pero más adelante el paisaje ha cambiado por completo y, en ocasiones, nos hemos visto obligados a rodar por las huellas de algún todo terreno.
Los guardabarros se hacían imprescindibles, pero alguno no íbamos preparados y esto ha supuesto volver a casa algo más húmedos de lo previsto. Creo que a partir de ahora va a ser lo habitual.
Hemos realizado la vuelta “completa” a la Garganta, subiendo incluso al altiplano que tanto nos gusta y donde, aquí sí, el viento soplaba de lo lindo. Un par de fotos y abandonar el lugar cuanto antes.
Regreso rápido en descenso, pero Samuel ha tenido un pinchazo que hemos resuelto con presteza. Juan lleva una mochila que va más equipada que la bolsa de Mary Poppins.
Por su parte, Fernando nos abandona y sigue marcha, ya que se huele la goleada que su Real Madrid va a meter hoy y no se la quiere perder. A pesar de que bajaremos rápidos, ya no se le volverá a ver. Su afición le ha dado alas.
¿Quién ha hecho esta foto? |
Después del almacén de sal de Iberpistas, seguimos rodando “todos” y no solo Juan, con el plato grande. Finalizando el último repecho, un pequeño descuido, Samuel toca su rueda con la mía y se va al suelo sobre el cemento. Vuelvo la cabeza a tiempo de verle caer y golpear fuerte con el casco en el suelo. Susto morrocotudo.
Golpe también fuerte en la rodilla y la cabeza salvada por la campana, digo por el casco. Ha quedado solo en susto y posiblemente en algún dolor de cabeza. Nos tomaremos una cerveza en Las Farolas.
Veamos como progresa el tiempo para el próximo fin de semana.