Crónica de Patrick Schoch
Como todos los años
en Madrid, después de 3 meses de infierno nos llegan 9 meses de invierno y suele
llegar sin avisar y creo que hoy era este día: ha llegado el invierno con sus
temperaturas bajas, sus cielos encapotados y… ¡Si señor! sus primeras caídas de nieve.
Belén se ve obligada a abandonar |
Hoy hacía falta más
que ganas para levantarse y dejar las sabanas calientes, vestirse con el
culotte, maillot y pertrechos varios de ciclistas y cargar la bici en el coche
para afrontar las bajas temperaturas matutinas…
Nos encontramos hoy, con 4ºC,
17 Mountainbikers valientes en Revenga y más de uno bostezando e intentando
entrar en calor: Alfonso, Andrés (El retorno), Ángel, Belén, Enrique, Eusebio,
Ferluy, Fernando, Galo, Javier B., Juan Platón, Lourdes, Luis Ángel Jr., Luis Ángel,
Santi, Toño y Patrick.
Durante el viaje en
coche hemos visto lluvia y hasta nieve y algunos de nosotros parece que casi
desean que empiece a llover para suspender la ruta y refugiarnos en la
cafetería cercana para tomarnos un chocolate caliente con churros. Nada de eso,
y pronto nos ponemos en marcha a buen ritmo para intentar entrar en calor.
Alcanzamos el Camino de Santiago |
Primero el camino discurre por pistas anchas y por suerte sin charcos lo que
nos permite rodar rápido. En la primera intersección nos avisa nuestra
compañera Belén que no consigue entrar en calor, tiene el cuerpo congelado y malas sensaciones lo que le empuja decidirse volver al coche todavía cerca y no poner el grupo en aprieto más adelante una vez metidos en el inhóspito monte
helado… Primer abandono pero no será el último.
Empezamos a subir por pistas hasta cruzarnos con el camino de Santiago y nos reagrupamos cerca de las ruinas de la antigua casa de esquileo de ovejas de Santillana.
Las nubes
siguen tapándonos las vistas a las cumbres cercanas y parece que tendremos que
cruzarlas. En efecto el camino se empina y se estrecha y es por una pista
habilidosa donde tenemos que seguir la trazada perfecta y anticipar repechos y
escalones que llegamos a la Cruz de la Gallega (1.390 m)
bañada por las nubes y donde apenas vemos a 10 metros.
Los troncos de pinos cortados y apilados que caracterizan este rincón han sido retirados y nos parece encontrarnos en lugar diferente.
Aquí hay un segundo
abandono, la larga subida ha hecho mella en Javier B. quien no se ve con
fuerzas suficientes para seguir y prefiere deshacer el camino “ciclado” para
volver a su coche y a su calentito hogar.
Después de masticar
rápidamente unas barritas para no enfriarnos demasiado, cruzamos campo a través
para seguir subiendo e intentar cruzar el techo de nubes para ver si aparece un
rayo de sol que me promete Ángel…
Otra vez tenemos que engranar, algunos, el plato
pequeño y el piñón grande para poder seguir por una pista llena de piedras y de
raíces traicioneras donde es vital seguir una trazada buena si no quieres
resbalar y poner pie a tierra.
Fotografía de Luis Ángel |
Llegamos poco a poco todos a la buitrera donde avistamos varios buitres posados y podemos rellenar los bidones en la fuente de los Pastores cerca del refugio del
mismo nombre hecho de piedras y ramas y siempre adornado con ramos de flores.
Fotografía de Lourdes |
Ya hemos entrado en
calor, se empañan las gafas y parece que por momento sobra ropa pero cada vez
que nos paramos o que hay una bajada rápidamente nos damos cuenta que no sobra
ninguna capa y al revés a más de uno de nosotros nos gustaría habernos llevado
unos guantes más gruesos, una chaqueta más cálida o una braga más calentita.
Nos adentramos
ahora en los pinares de Valsain y aparecen los primeros copos de nieve y las
primeras zonas nevadas. Estamos ya cerca de los 1.650 m y se nota. Una foto de
grupo casi Navideña entre abetos nevados y volvemos a subir.
Fotografía de Lourdes |
Estamos cerca del Cerro de la Camorca que en anterior ruta subimos pero hoy nadie se aventura a
proponer coronar este cerro ya que nos esperan todavía unos buenos repechos
antes de poder bajar de nuevo hasta Revenga.
Estamos ya en la
pista que sube hasta Fuente la Reina y el Puerto de la Fuenfría, destino de muchas otras
rutas, y de repente descubrimos una explanada enorme totalmente nevada, la
Pradera de la Venta, y por fin y muy brevemente aparece un rayo de sol entre
las nubes. ¡Ya ves me dice Ángel, te lo había dicho… si hasta saldrá el sol hoy!
Aprovechamos todos para hacernos una foto en la nieve. Parece mentira que la
semana pasada rodábamos en manga corta.
Ahora nos queda el
plato fuerte del día, el Acebedo de Valsaín, es el Acebedo más meridional de
Europa: de repente aparecen entre los pinos unos acebos enormes cubiertos ya de
bayas rojas. El Acebo es especie protegida en varios países de Europa y puede llegar a medir 20 m de altura y vivir 500 años,
aunque normalmente no pasa de los 100. Es muy usado en la decoración navideña
tras sustituir al muérdago.
Después de vadear un río que por suerte no
lleva todavía mucha agua y que podemos cruzar sin poner pie al agua, nos espera una
larga y muy dura subida que pone a prueba nuestras cansadas piernas. "La Matahombres". No podemos
pararnos porque sería imposible volver a arrancar y cada uno intenta sacar las últimas
fuerzas para llegar arriba.
Rodamos ahora de bajada entre un mar de pinos
de troncos rojizos, de helechos anaranjados y de acebos verdes oscuros: un
festival de colores para los sentidos. El viento frío de la velocidad es
cortante y nos obliga a subirnos las bragas y pasamontañas por encima de la
nariz. Los dedos se quedan entumecidos dentro de los guantes y las frenadas
prolongadas son un suplicio para las manos agarrotadas del frío.
De repente veo a Juan Carlos ”Platón” que va
empujando su bici en una subida, que raro con lo fuerte que va siempre: Es una
avería y gorda: se le ha estropeado el núcleo y ya no tiene transmisión. Parece que los trinquetes se han quedado
pegados. Lo cierto es que de momento de bajada podrá ir tirando a ver si más
adelante podemos intentar solucionar el problema.
Llegado a la pista forestal montamos el “tenderete”
mecánico pero tras intentar fijar el casete con bridas, nos damos cuenta que la
reparación no vale y a Juan le tocara empujar su bici en las pocas cuestas que
quedan ayudados por compañeros que le empujaran en las cuestas. Menos mal que estamos cerca del final de la ruta y podrá llegar sin más percance al coche.
Alfonso nos tiene reservado una última
sorpresa para el final de la ruta, en vez de volver por la pista forestal vamos
a seguir paralelos al cauce del arroyo de la Acebeda que llega al embalse de Revenga. Es un camino
muy estrecho y con zonas de muchas raíces y piedras donde hay que poner pie a
tierra y portear las bicis.
Llegaremos hasta unas curiosas esclusas antiguas con compuertas y varios tanques interconectados. Es el nacimiento del acueducto Romano de Segovia que finaliza 15 km más abajo en el famoso monumento que conocemos todos.
Llegaremos hasta unas curiosas esclusas antiguas con compuertas y varios tanques interconectados. Es el nacimiento del acueducto Romano de Segovia que finaliza 15 km más abajo en el famoso monumento que conocemos todos.
Acebo en flor Fotografía de Luis Ángel |
Pronto llegamos a la cola del embalse de
Revenga que bordeamos por su orilla derecha por una pista asfaltada que nos
lleva directamente al pueblo de Revenga y a los coches.
Después de cargar las bicis en los coches,
tomaremos un merecido aperitivo en un bar cercano donde Lourdes nos invita por
su cumpleaños a un Brownie casero de escándalo que desaparece en un minuto: ¡una
verdadera campeona en la bici y en la cocina!.
Algunos disfrutan de un caldo caliente y
todos soñamos con la ducha caliente, la comida también caliente y las mantas cálidas del sofá que nos esperan en
casa…