Un poco de historia
Sabemos que desde la
antigüedad se han enfriado alimentos y bebidas con nieve. Las primeras
noticias que se tienen de almacenes de nieve son de China en el siglo XI a.c. y
Marco Polo cuenta sobre vendedores callejeros de helados. En la Grecia clásica
se transportaba nieve desde las montañas para refrescar el vino
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Real Pozo de Nieve de Cuelgamuros |
Para el almacenaje siempre se
utilizaron cámaras subterráneas. En Madrid el hielo se consumía
como artículo de moda en la corte y en las clases altas. En 1607, al catalán Pedro Xarquíes le
fue otorgada por el Rey la licencia de negociar con la nieve y empezó entonces
a traerla desde la sierra de Guadarrama.
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Pozo de Malagón |
En Madrid los pozos para almacenarla empiezan a construirse en el año 1607. Se ubicaban desde la actual Glorieta de Bilbao hasta la calle Barceló. De hecho, la plaza de Bilbao fue conocida durante mucho tiempo como "de los Pozos de Nieve".
Los pozos de almacenamiento eran en realidad una serie de cuevas artificiales donde se guardaba la nieve mezclada con paja.
Esta mezcla de nieve y paja servía para enfriar bebidas, aunque se no echaba tal cual en las mismas, sino que se introducía en cápsulas metálicas.
Los Pozos de Nieve en la Sierra del Guadarrama
En la
umbría de Cuelgamuros en el bosque que cubre el Valle de los Caídos, se excavó
hace siglos una batería de agujeros cuyos restos todavía se pueden ver. Además
del pozo del puerto de Malagón, el Monasterio del Escorial tuvo un total de
ocho de estos pozos uno de los cuales aún se mantiene en perfecto estado en la
huerta de los religiosos.
Estos “pozos de nieve”, eran las construcciones que servían para dotar de
hielo a la Villa y Corte de Madrid, distante de más de cincuenta kilómetros y que
suponía muchas horas de transporte a lomo de caballos y mulas. A pesar de esta
distancia y del duro trabajo que suponía el transporte, la industria de los
pozos de nieve prosperó en la sierra de Guadarrama durante más de 300 años, llenando
toda la sierra de este tipo de construcciones.
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Al fondo el Monasterio de El Escorial - Foto: Alfonsoyamigos |
Estructura interna de un Pozo de Nieve
Un Pozo de nieve es un agujero, superando a veces los 15 metros de
profundidad y los 10 metros de diámetro y que era recubierto por una
construcción de piedra protegiendo su interior de las altas temperaturas del
verano. En el pozo las paredes y el fondo estaban recubiertos de piedra y
dentro se almacenaba la nieve en sucesivas capas que eran fuertemente compactadas.
Cada cuatro o cinco metros de hielo, se colocaba una capa de helechos, que hacía
de aislante.
Los ‘neveros’, trabajadores de la nieve
Los neveros eran los responsables de los “pozos de nieve” y alcanzaron una
gran notoriedad entre los siglos XVII y XIX. Su trabajo consistía en almacenar
el hielo y llevarlo a la capital para el consumo de los madrileños.
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Pozo de Nieve en el Monasterio de El Escorial |
Debido al abrasador verano madrileño se puso de moda el consumo de
sorbetes, horchatas y bebidas refrescantes fabricadas a base del hielo traído desde
la sierra de Guadarrama que todas las noches de verano se transportaba desde
los pozos a lomo de caballos y mulas. El negocio se mantuvo vigente hasta
finales del siglo XIX.
En Madrid, en esta época, la utilidad de los pozos de nieve ya había sido sustituida por las fábricas de hielo industrial y los pozos cerraron en 1863.
(Curiosidad: El primer frigorífico para hogares salió a la venta en el año 1919, fabricado por la marca Kelvinator, pero aún tardaría en llegar a los hogares españoles).
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Pozo de
Nieve del Monasterio de El Escorial - vista aérea |
El Real Pozo de Nieve de Felipe II
En 1985 se restauró uno de los
pozos de la umbría de Cuelgamuros erigido bajo el mandato de Felipe II. El Real
Pozo de Nieve de Felipe II, es uno de los mejores conservados de la Sierra de
Guadarrama. Tiene 14 metros de profundidad y 8,5 metros de diámetro y en su
interior se podía almacenar hasta 20.000 arrobas de nieve que son unas 230
toneladas de nieve
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Mapa Pozos de Nieve Malagón y Abantos |
Cómo llegar
Desde la
misma cima del Monte Abantos, tomar un
camino estrecho que se dirige rumbo noreste hacia la cercana cerca de piedra que
delimita el Real Sitio de Felipe II, hoy “Valle de los Caídos”.
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Vista de El Escorial - Foto: Alfonsoyamigos |
Una
vez junto a la cerca, seguir por el camino que a mano izquierda, dirección Norte,
marcha junto a ella. Es el GR-10. Un kilómetro aproximadamente después, y tras
una larga bajada que cruza el despejado Navazo de la Pulga se alcanza una entrada en
la cerca nada más pasar una cancela. Del otro lado, una pista abandonada y
medio desaparecida entre la vegetación, conduce en 300 metros de suave bajada hasta el Real Pozo de
Nieve de Felipe II
Fuentes consultadas:
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