Vienen desde El Espinar y desde La Estación para concentrarnos junto a mi casa (¡qué suerte tengo!). Samuel ha llegado pronto y pertrechado como para aguantar la “tormenta perfecta”.
Echamos de menos a Fernando, que tenía ganas de salir pero no se ha atrevido por su dedo.
Echamos de menos a Fernando, que tenía ganas de salir pero no se ha atrevido por su dedo.
Sabiendo que, por culpa de la nieve caída, no podríamos subir a gran altura, pretendo llevarles por senderos y recorridos fuera de lo habitual, que nos permita rodar y realizar un continuo esfuerzo. Mejor no contar cuales son mis intenciones.
Caída de Carlos |
Ya desde San Rafael, repecho duro, para tomar altura y acabar pasando por encima de la Fuente de la Botella y por debajo de la Fuente de las Nieves. Las raíces que cruzan los caminos están húmedas y peligrosas.
Paso de cancela para coger dirección Peña El Águila, que abandonamos por la izquierda para pasar por el Prado Juan Llanos y acabar cruzando Arroyo Mayor.
Al llegar a Prado Acero, Carlos nos deja para regresar a casa. Antes, ha tenido una pequeña caída sin importancia.
Abandonando el recorrido habitual hacia el pilón, subiremos esta vez por la pista y antes de alcanzar la Casa del Baldío, tomaremos pista de tendido eléctrico a la izquierda para llegar muy cerca de Las Mesas. Este ascenso es durillo.
A partir de aquí ya no os contaré por donde hemos subido o bajado, ya que ha sido constante y difícil de definir, pero sí deciros que hemos superado cuantos repechos se me han ocurrido y conocía.
La nieve nos ha acompañado durante todo el recorrido, ocultando algunos de los senderos y dificultando la orientación, pero se ha rodado bien y con precaución. Varias caídas sin consecuencia, por culpa de algún resbalón.
El paisaje estaba precioso, miraras donde miraras.
La nieve nos ha acompañado durante todo el recorrido, ocultando algunos de los senderos y dificultando la orientación, pero se ha rodado bien y con precaución. Varias caídas sin consecuencia, por culpa de algún resbalón.
El paisaje estaba precioso, miraras donde miraras.
El rodar era muy agradable y nadie se ha quejado de los desniveles acumulados, ni siquiera Javier.
Unos 35 kms pero muy aprovechados. Creo que el global del recorrido ha sido durillo, pero Ferluy ya estaba pensando en salir nuevamente por la tarde. Y dice no estar en forma...