lunes, 28 de noviembre de 2011

Se nos pierde el niño


Si el sábado hizo bueno, el domingo ha sido genial.
A la convocatoria acuden muchos valientes, que lo son porque el reto es duro.
A las 10 de la mañana nos juntamos Sanrafaeleños y Espinariegos, junto a la piscina de El Espinar. Creo que no hay una foto de grupo con todos, pero en la suma de todas no se escapa nadie.
Santi Calleja nos enseña orgulloso su nueva “burra”. Después será protagonista.


Pretendemos rodar en ascenso junto al antiguo vertedero y el campo de golf de El Espinar, realizar toda la cresta y regresar por el Collado de Gargantilla.

Algunas de las etapas serán La Isabela, La Cepeda, Cruce de las Tres Provincias, Lagunillas y Gargantilla. Vamos, que practicamente no dejaremos de subir y subir.

Los primeros kilometros los recorreremos por la Carretera de Ávila y con precaución, aunque a esas horas hay poco tráfico. Ya desde el principio, los más fuertes harán gala de su poderío.
Los repechos muy duros los vamos afrontando con respeto, salvo Juan que sigue tirando de plato grande (en algún momento le veré con plato mediano, seguramente para dar un respiro a la bicicleta).

La dureza de los tramos provoca que se formen dos grupos diferenciados, aunque se realizará agrupamiento en puntos clave.
Cerca de las Tres Provincias, la distancia entre los grupos es superior a lo recomendable.
Cuando el segundo grupo llegamos al cruce de caminos, no alcanzamos a ver al grupo de cabeza, pero optamos por realizar la ruta habitual, confiando en encontrarnos más adelante, ya que es imposible alcanzarles y los móviles nos cantan su falta de disponibilidad en esa zona.

En un momento en que se recupera la cobertura, nos avisa Ferluy de que Santi Calleja ha desandado camino en nuestra busca y no ha regresado.

Las comunicaciones resultan imposibles, aunque lo intentamos en varios puntos. El teléfono de Santi tampoco da señales de vida.

Aceleramos marcha por llegar a Las Lagunillas, donde Javier, Carlos y Santi F. emprenden regreso para intentar localizar a nuestro extraviado. Paco y yo seguiremos marcha para regresar a San Rafael.


La preocupación será grande, hasta conocer a través de Jesús y Carlos que han dado con Santi y han regresado a El Espinar volviendo por El Boquerón ¡Vaya susto!.

Creo que la ruta ha sido buena, no exenta de dureza, pero que el último incidente la ha enturbiado.
Todo ha acabado bien, pero debemos aprender que es siempre mejor para todos rodar agrupados o, por lo menos, mantenernos siempre al alcance de la vista.
Un fuerte abrazo para todos.

7 comentarios:

  1. Susto, pero buena ruta la que os habéis marcado.
    Javivi

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  2. Bonita etapa en la que los escapados se despistaron de la ruta.
    Muy bueno para animar conversaciones este invierno.

    Algunos que no conociamos el recorrido que va desde las lagunas de Peguerinos hasta el cruce de caminos pudimos disfrutar de paisajes nuevos.
    Cuando nos encontramos con Santi Calleja, nos dirigimos al Espinar, despues de un repecho alcanzamos la puerta de Peguerinos con la Cepeda, acompañando siempre el curso del arroyo Boquerón desde su nacimineto hasta el pueblo.

    En fin, muy, pero que muy entretenido.

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  3. Como para poneros al frente de una guardería.

    Ana de Guadarrama

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  4. Hola Alfonso... el título tiene mucha guasa jaja.

    En la próxima salida exigiré un libro de ruta al comienzo, porque luego pasan estas cosas.

    Mi versión de la pelicula fue otra, lógicamente no me sentí perdido, más bien todo lo contrario.

    Justo al coronar la zona más alta de la Cepeda continuamos el camino pedregoso hasta la puerta que supone el final de esta finca. Ciertamente los que iban delante (Juan, Fernando y Jesús) con su alegre peladar no se fijarón que detrás únicamente les seguia yo a unos 50 m (a mi los descensos rápidos como que no me van mucho). Así que 2 km más adelante llegamos a la mencionada puerta y nos pusimos a esperar al grupo. Pasaban los minutos, los telefonos no funcionaban, pasaban los minutos... hablabamos de lo humano y lo divino. Finalmente me ofrecí a recorrer parte de lo andado pues no teniamos la certeza de que hubiese sucedido algún percance a alguno de los compañeros. Asi lo hice y recorrí de vuelta un par de km sin encontrar señales de vida de ninguno de ellos. Mis pensamientos fueron muy variados pero no vienen al caso y opté por pensar que habrian elegido otro camino (como a la postré así se demostró).
    Por tanto de nuevo volví a buscar a mis 3 compañeros de ruta camino de la puerta de la Cepeda. Pero allí no estaban tal como habiamos hablado o eso al menos fue lo que yo entendí cuando me marche en busca del resto. Al rato me crucé con un grupo de bikers que me informaron de que se habian cruzado con mis compañeros. Así que decidí continuar adelante pensando en encontrarme con ellos o si no buscar en todo caso el mejor camino para volver a casa.

    La suerte estuvo de mi parte y 1 km más allá en otra puerta estaban Santi F., Carlos y Javier B. que habían vuelto tras sus pasos para ver si daban con nosotros. Así que como ya sabes volvimos por el arroyo del boquerón descendiendo por su ribera derecha (piedras, piedras y más piedras), pero finalmente logramos nuestro objetivo, que no era otro que tomarnos un aperitivo en la semana de tapas micologicas.

    Un saludo y ya comentaremos la jugada más adelante.

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  5. una pena haberme perdido la rutilla... en fin el próximo finde habra que salir a ello!

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  6. La ruta fue muy entretenida excepto el tema de Santi,no nos entendimos para nada,Santi se ofrecio para subir a la cima que estaba a unos 2 o 3 km como mucho a mirar si localizaba al resto de el grupo y regresar al punto donde nosotros esperabamos,pasando un rato grandisimo dimos por hecho que los localizo y continuo con ellos,dejamos marcado en el suelo nuestra marcha por si pasaran por el punto de encuentro y proseguimos la ruta.En fin todo quedo en un susto.
    Moraleja,hay que entrenar mas para no quedar rezagado.

    Un saludo Ferluy

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  7. Así me gusta Alfonso, un correito para recordarnos que entremos en tu fantástico blog. Para que luego digas que no lo leo...
    Saludos.
    Manu.

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